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Natalie Rosario Ruiz

¡Hablemos de El día que trascendí los límites de la cordura!

Novela: El día que trascendí los límites de la cordura

Autora: Sandra M. Colorado

Reseñado por: Natalie Rosario Ruiz


Debo comenzar diciendo que sentarme a escribir esta reseña es un reto. He quedado consternada y pienso que no puedo utilizar mejor palabra para describir esta emoción. La propuesta que Sandra M. Colorado nos trae entre líneas es arrolladora y no nos será indiferente. La autora arrastra durante toda la historia, un mensaje que se hace extremadamente visible al final, al punto de incomodarnos la vista, y es por ello que esta novela se torna particularmente significativa. Cada momento, de principio a fin, nos lleva a este mensaje y a su final, pero el lector no tiene forma de advertirlo hasta que ya es muy tarde. Similar a lo que enfrentan muchas familias e individuos que conocen a alguien o que son quienes padecen alguna condición de salud mental.


Esta propuesta, que nos trae Sandra, transcrita en 174 páginas, es muy pertinente para la realidad social que nos encontramos viviendo. Tal vez antes podíamos argumentar que no teníamos las herramientas suficientes, pero hoy día sí las tenemos y esta autora nos entrega algunas de ellas entretejidas en letras; para que seamos ávidos con la vista y no nos pase desapercibido aquello que claramente está frente a nuestros ojos. Esta obra es un grito de acción no solo por parte de quienes pueden brindar la ayuda, sino también por parte de quienes deben y pueden recibirla. Es un llamado de atención y un amistoso jalón de orejas, para que seamos conscientes de la realidad que atraviesan muchos día a día. Para esto, la autora desarrolló exquisitamente no solo las situaciones que nos presenta y nos llevan a conocer la historia de Ana, sino que también trabaja con extremo rigor la construcción de sus personajes para que los veamos tan presentes como a nosotros mismos en el espejo.


En esta historia, el lector no será mero lector, sino que será cómplice y testigo, pero por supuesto desde la impotencia. Claro que, aunque no podremos intervenir en la historia ya tallada en la página, Sandra sí nos deja una invitación para que intervengamos y nos hagamos partícipes, cuando algo similar ocurra en la realidad que podríamos enfrentar en nuestra vida. Adicional a todo esto, debo mencionar que Sandra, en su escritura, no abandona la continuidad de los elementos que utiliza, lo que aporta grandemente a la belleza de la historia y de su narración. Agarra bien cada dato y lo mantiene hasta que este haya cumplido su propósito para con el lector y la historia misma. La construcción de sus escenas son de mucho elemento visual lo que solo evidencia su buena escritura y estrategias. Además de que la autora, en su narración, logra que pase mucho en muy poco, lo que aporta al vínculo del lector con la historia.


Hay mucho que decir de esta obra literaria, pero no seré yo quien les quite la oportunidad de

experimentarla en carne propia, les tocará a ustedes leerla y comentarme sus percepciones.


¡Les deseo la mejor de las lecturas!


Con mucho Cariño,

La Malamañosa.

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